SETEM reivindica el cacao de comercio justo en el día de este alimento

Desde el año 2010, la Organización Internacional de Productores de Cacao celebra todos los 7 de julio el Día Mundial del Cacao. Fecha que aprovechó ayer SETEM para recordar la importancia del comercio justo para evitar los abusos ambientales y sociales relacionados con este alimentos.
Cerca del 80% de todo el cacao que se cultiva en el mundo es africano: Costa de Marfil y Ghana son los principales países productores. Solo en ellos se cultiva el 60% del cacao mundial. Con consecuencias tremendamente dañinas para sus entornos: se calcula que el 70% del bosque de ambos países ha desaparecido en tres décadas debido al cultivo de un alimento que es disfrutado sobre todo en Europa y EE UU, que consumen las dos terceras partes de todo el cacao producido en el mundo.
“La producción de cacao es por tanto una amenaza importante a las selvas tropicales en todo el mundo: desde África occidental, hasta Indonesia, el Amazonas o el Congo. Esta amenaza puede traducirse en una pérdida irreversible de biodiversidad y aceleración del cambio climático”, añade la ONGD.
SETEM denuncia además que, si bien es cierto que el cacao es una fuente importante de empleo e ingresos para la población rural, y su industria genera beneficios millonarios a las grandes multinacionales del sector, la mayor parte de quienes lo cultivan viven en situación de pobreza y soportan unas condiciones laborales muy duras. Según la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, “la mayoría de las personas que se dedican al cultivo del cacao y sus familias viven hoy con menos de 1,90 dólares al día, y reciben menos del 6% del valor generado por el cacao”.
En África occidental se estima que 1,8 millones de niños y niñas participan en la cosecha del cacao y más de 12.000 lo hacen en condiciones de esclavitud, sometidos a abusos y tráfico de menores, según la OIT (Organización Internacional del Trabajo).
El último informe del ICI (International Cocoa Initiative) señala que la mayor parte del millón y medio de niños y niñas que se estima trabajan en el cacao en Ghana y Costa de Marfil están expuestos a diversas formas de trabajo peligroso, como trabajar con herramientas como machetes o con pesticidas.
SETEM también señala que las mujeres son quienes hacen gran parte del trabajo en el cultivo y cosecha de cacao. “Pero no son ni reconocidas ni remuneradas como los hombres, no tienen las mismas oportunidades que ellos para formarse en la práctica agrícola o financiera y a menudo son incluso excluidas de la propiedad de la tierra y de la participación”.
Por todos estos motivos, la ONGD aboga por “una alternativa chocolatera que protege a la infancia, pone en valor a las agricultoras, permite que comunidades productoras de chocolate puedan vivir dignamente del cacao, con salarios decentes, protegiendo la biodiversidad y generando beneficios para sus comunidades: el chocolate de Comercio Justo”.
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