Opinión

Ser libres en el mundo laboral

Artículo de Alex R. Pardo. La libertad del empresario está en fabricar y vender sus mercancías, ampliar mercado y reducir costes, siempre buscando su crecimiento. El pueblo, contagiado por esta opulencia, se lanza en busca de su libertad por el mismo camino creyendo que con dedicación y perseverancia podrá emprender algún negocio y hacerse rico o entrar en esta «esfera superior». El summun, según este pensamiento, sería que todos los seres humanos fuesen exitosos emprendedores, y eso, sencillamente, no puede ser. El pueblo debe aspirar a ser libre sin dejar de ser pueblo. Ser libre no es ser rico. El pueblo debe esgrimir su arma —su capacidad de trabajo— y luchar por su libertad —todo aquello que haga cuando no está esclavizado por el hambre, el frío o la inseguridad laboral—.

Hoy, el pueblo compite entre sí por el puesto de trabajo. La empresa publica su oferta y los aspirantes se adornan y no dudan en dificultar todo lo posible el camino a sus competidores ni en agradar al máximo al empresario hasta llegar, en ocasiones, a la obscenidad. La entrevista de trabajo es un proceso donde se mide, entre otros, hasta qué punto el trabajador es capaz de llegar para conseguir el empleo; lo cual deja claro al empresario infinidad de cosas, que nada, o muy poco, tienen que ver con el desarrollo de la actividad por la que se le contrata. El capricho del entrevistador determinará, finalmente, quién recibe el puesto entre un número de solicitantes igualmente aptos. Esto no es manera de llevar a la práctica un derecho constitucional.

El poder que ejerce el empresario sobre el trabajador radica en el derecho de explotación, es decir, en la libre elección de quien trabaja para él en su empresa. Esto crea una competencia entre los trabajadores, una lucha interna que no les permite desarrollarse como clase independiente. Nuestra falta de libertad —todo aquello que hacemos cuando no estamos esclavizados por el hambre, el frío o la inseguridad laboral —está directamente relacionada con el poder que el empresario tiene de elegir a su capricho entre un número de candidatos, todos ellos igualmente aptos. Sin embargo, el poder que ejerce el empresario sobre el pueblo no afecta, en nada, a su libertad, o sea, al libre comercio, a la producción de mercancías y al juego con sus valores.

La contratación de trabajadores no es más que una parte del proceso necesario para el desarrollo de una actividad empresarial, cuanto más barato sea, mejor, ese es el único pensamiento. Todo esto demuestra que el sistema de contratación actual no es más que un residuo de la relación paternalista que ejercía el señor feudal sobre sus vasallos, y que el Estado actual, lejos de ser un organismo que garantice el cumplimiento de la Constitución, se muestra más como una organización altamente sospechosa al servicio de ella misma y de ciertos grupos empresariales que ya todos sabemos y que no vamos a nombrar aquí. Así que, adaptándonos a los tiempos que corren y en beneficio del equilibrio en el progreso, nos vemos obligados a despojar al empresario de su poder —no de su libertad—y dárselo al pueblo en forma de libertad —no de poder—.

Proponemos para ello una serie de reformas básicas, como que la contratación de trabajadores se haga exclusivamente a través de las oficinas del SEPE o que las empresas acepten que una parte de su personal sea rotativo, ya sea por cuestiones de formación o por adquirir experiencia o simplemente por compartir un puesto de trabajo durante un período de necesidad. Las empresas tendrán a una parte de su plantilla de trabajadores en continua rotación y siempre acompañados de estudiantes y aprendices. Esta rotación de trabajadores, que se puede llevar más allá y extender entre diferentes empresas, afectará inevitablemente al número de horas trabajadas, lo que a su vez impulsará el trabajo en circuitos, entre diferentes sectores empresariales, donde en calidad de profesional, ayudante o aprendiz, cada trabajador pueda completar las horas de su jornada y redondear su sueldo.

Cada ciudadano —o por lo menos los más desfavorecidos laboralmente, que es en ellos donde hay que poner el foco —debe tener acceso a un circuito de estas características. Las labores que ahora se reparten entre los funcionarios y la recogida de basura también deben estar incluidas en los circuitos laborales. De esta manera, el pueblo estará siempre activo, experimentado, formado y actualizado en relación directa a la demanda empresarial, y su capacidad de trabajo será del 100%.

La temporalidad del trabajador beneficiará a la empresa sin perjudicar al empleado, ya que el Estado dispondrá siempre de un circuito para cada uno de sus ciudadanos, por lo tanto de un sueldo, variable, para toda su vida laboral. El trabajador debe estar siempre activo, debe tener un circuito asignado sea cual sea la circunstancia económica general, y esta actividad le debe garantizar un sueldo. La pensión por desempleo es el complemento que hace que el sueldo del trabajador llegue al mínimo establecido y este dinero no se puede acabar nunca —hagan nota mental de esto último porque ahí está el ajo de todo el sistema y seguiremos hablando de ello—. La implicación de las empresas en el desarrollo de la población debe ser igual que la implicación de los ciudadanos en el desarrollo empresarial, el máximo posible. El pueblo, organizado según este sistema, ofrece toda su capacidad; a cambio, las empresas y el Estado deben garantizar su supervivencia. En el justo reparto se encuentra la dignidad del pueblo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos
Responsable Daniel Jiménez Lorente +info...
Finalidad Gestionar y moderar tus comentarios. +info...
Legitimación Consentimiento del interesado. +info...
Destinatarios No se cederán datos a terceros, salvo obligación legal +info...
Derechos Acceder, rectificar y cancelar los datos, así como otros derechos. +info...
Información adicional Puedes consultar la información adicional y detallada sobre protección de datos en nuestra página de política de privacidad.