Nueva acción no violenta de Rebelión o Extinción y Rebelión Científica para reclamar el fin de los combustibles fósiles
Ayer domingo, activistas de Rebelión o Extinción y Rebelión Científica rociaron con pintura biodegradable negra varios mega-yates en la Marina Port Vell en protesta por la crisis ecosocial. Otros activistas han irrumpido en las instalaciones del puerto con una pancarta “subsidios fósiles + turismo de lujo = crisis climática + sequía”, y han marchado por los muelles.
Los activistas han querido poner el foco en los megayates ya que a escala global el 1% de las personas más ricas del planeta siguen contaminando más que el 50% de las más pobres. “Los mega-yates son uno de los ejemplos más evidentes de un estilo de vida insostenible. Los multimillonarios son los primeros responsables de la crisis ecosocial, en tanto que mantienen un este sistema económico injusto, desigual y responsable de crisis climática actual” añade una activista de Extinción o Rebelión. En el contexto catalán, por otro lado, los tres años de sequía sin precedentes que han empujado al borde de la quiebra el sector agrícola, parado las hidroeléctricas, subido los precios de los alimentos y la energía son una advertencia clara. Según los colectivos responsables de la protesta, “insistir quemando combustibles fósiles es criminal y cortoplacista”.
La acción se enmarca en la campaña Stop EU Fossil Subsidies, promovida por organizaciones ecologistas europeas que pide el fin de los subsidios a los combustibles fósiles. Esta campaña apunta a los gobiernos y a los partidos que se presentan a las elecciones europeas demandando poner fin a los subsidios fósiles. “Los estados financian combustible contaminante, principal impulsor del cambio climático. Estos subsidios equivalen a financiar la extinción y acercarnos al colapso” declara una integrante de Rebelión Científica. En el año 2023 se han destinado al menos 405.100 millones de euros en subsidios a la industria fósil en la UE, tanto directos (transferencias directas, exenciones fiscales…) como indirectos (en forma de daños medioambientales sin ninguna compensación económica).
Como referencia, explican los activistas, “esto es diez veces más que la cantidad gastada en políticas climáticas (menos de 40 mil millones de euros al año). Eso significa que las grandes corporaciones reciben reducciones de impuestos que ascienden a más de mil euros por contribuyente de la UE al año. Los mega-yates son beneficiarios de estos subsidios, ya que están exentos de pagar impuestos por las emisiones que producen, según el Régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea”.
La acción a la Marina Port Vell de Barcelona representa el pistoletazo de salida de la semana de movilización por el fin de los subsidios a los combustibles fósiles que Rebelión o Extinción organiza en Madrid hasta el próximo domingo. Activistas por la justicia climática se han dado cita en la capital, donde, a lo largo de la semana, se llevarán a cabo diferentes actividades relacionadas con la campaña europea. La movilización culminará el domingo 2 de junio con una acción directa no violenta de carácter masivo. “Pedimos el fin de los subsidios como primer paso hacia el fin de la era fósil, condición para superar la crisis ecosocial en la que estamos envueltos” declara otro activista de Extinción o Rebelión.
Rebelión o Extinción considera que los recursos destinados actualmente a los subsidios fósiles deberían redirigirse hacia políticas que permitan revertir la crisis ecosocial. En concreto, la organización considera que estas políticas deberían ir enfocadas a tres ejes principales: transición agroecológica, paliar la pobreza energética y transición energética verde. “Somos conscientes que algunos de estos subsidios son vitales para mantener sectores claves como la agricultura. Sin embargo, si seguimos quemando combustible fósil, en unos años nos quedaremos sin agricultura ni trabajo en el campo. Por eso pedimos que se activen con urgencia políticas valientes que ataquen la raíz de la cuestión, y creemos que la agroecología es el único camino para el campo de nuestro país”.
La misma Marina Port Vell había sido escenario de una protesta similar el pasado mes de septiembre, cuando activistas de las mismas organizaciones habían rociado el “Kaos”, el mega-yate de la familia Wallmart.