La evidencia del cambio climático en las prolongadas olas de calor
Por Tiziana Martín, activista y miembro de Juventud XClima. Durante estos últimos días en España nos encontramos palpitando debido a las altas temperaturas, con tan solo decir que la Región de Murcia se prepara para ser “el horno de España”, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el calor será abrumador.
Por otro lado, Madrid se sitúa en la cuarta posición del ránking con más porcentaje de muertes producidas por las olas de calor, por detrás de São Paulo, Belo Horizonte y Atenas. En la lista también figura Barcelona, siendo la séptima urbe europea con más fallecidos por esta causa.
En los barrios ricos de la capital española pueden llegar a ser hasta 8ºC más fríos que las áreas donde residen las capas de población más empobrecidas.
La crisis climática profundiza las desigualdades preexistentes, según The Guardian, fenómenos como las olas de calor, incendios, sequías y demás están provocando la muerte de miles de personas en todo el mundo.
“La pobreza es clave, la mayor vulnerabilidad al calor se producen en los barrios con menos renta. Esto tiene que ver con que las casas estén acondicionadas o no y con miles de factores de desigualdad más”, expone Julio Díaz, codirector de la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III que menciona la importancia no sólo de disponer de aparatos de aire acondicionado, sino de “poder usarlos”. En España, el Bono Social Térmico se dispone como una herramienta para ayudar a las familias vulnerables a disponer de calefacción y agua caliente en invierno, mientras estos hogares no cuenten con mecanismos que les garanticen adaptarse a los termómetros altos.
Durante estos últimos años, desde la comunidad científica internacional se han dedicado a investigar y darle un nombre a todos estos eventos. Hay más de 400 estudios publicados, que analizan los extremos climáticos en todo el mundo: olas de calor en Argentina, India y Pakistán, incendios forestales en Estados Unidos y tifones en Asia.
Este calor extremo también ha traído la proliferación de incendios en distintas partes de Europa. De momento, en España el fuego ya ha arrasado más de 220.000 hectáreas. En otros países como Francia o Portugal esta cifra ronda las 15.000 y las 6.000 hectáreas, respectivamente. En Italia, por ejemplo, están sufriendo la mayor sequía de los últimos 70 años.
Según en el último artículo del sitio web Carbon Brief, publicado con el objetivo de que sirva como un rastreador para el campo en evolución de la “atribución de eventos extremos” se ha revelado que:
- El 71% de más de 504 eventos climáticos extremos son más graves debido al cambio climático causado por el hombre.
- De los 152 eventos de calor extremo que han sido evaluados por científicos, el 93% encontró que el cambio climático hizo que el evento o la tendencia fueran más probables o más severos.
- Para los 126 eventos de lluvia o inundaciones estudiados, el 56% encontró que la actividad humana había hecho que el evento fuera más probable o más severo. Para los 81 eventos de sequía estudiados, es del 68%.
El siguiente mapa muestra 504 eventos climáticos extremos y tendencias en todo el mundo para los cuales los científicos han llevado a cabo estudios de atribución.
Los diferentes símbolos muestran el tipo de clima extremo; por ejemplo, una ola de calor, una inundación o una sequía. Los colores indican si el estudio de atribución encontró un vínculo con el cambio climático causado por el hombre (rojo), ningún vínculo (azul) o no fue concluyente (gris).
Dichos estudios muestran que estos análisis de atribución están considerando cada vez más los impactos de los eventos climáticos extremos, en lugar de centrarse únicamente en el evento meteorológico.
Uno de los primeros de estos estudios de “atribución de impacto” se publicó en 2016. Se estimó que 506 de las 735 muertes en París durante la ola de calor europea del 2003 se debieron al hecho de que el cambio climático había hecho que el calor fuera más intenso de lo que hubiera sido de otro modo. Lo mismo sucedió con 64 de las 315 muertes en Londres, según el estudio. Los impactos en la salud se han convertido cada vez más en el foco de los estudios de atribución.
También se alerta del enorme problema en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, según sus siglas en inglés), publicado el pasado 28 de febrero y en cuya elaboración han participado más de 200 científicos y científicas de todo el mundo. Entre ellos, el director del Centro del Clima de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el Dr. Maarten Van Aalst, quien ha dejado muy en claro que los “riesgos son tremendos y debemos hacer algo”.
“El IPCC deja muy claro que una de las necesidades esenciales para abordar esta amenaza que va en aumento es involucrar a todos los agentes, especialmente a comunidades e individuos a nivel local, para que sean capaces de gestionar sus propios riesgos”, explica Van Aalst.
Para esto se proponen soluciones de adaptación a los cambios en el clima a todos los niveles, como los sistemas alimentarios sostenibles, la planificación urbana sostenible o la inversión en infraestructuras. También enfoques basados en la naturaleza y que pasan, por ejemplo, por la protección de bosques o la restauración de humedales y ríos para favorecer la retención natural de agua.
Un aspecto importante es la cooperación internacional, el rol y la experiencia de organizaciones como Cruz Roja, con presencia permanente en las comunidades y la promoción de un enfoque basado tanto en la rápida actuación ante desastres climáticos como en la prevención y adaptación a los riesgos, que resulta y resultará fundamental.
Todo esto con el objetivo final de desarrollar la conocida resiliencia climática o para adaptarse a la nueva realidad climática sin dejar a ningún sector atrás. Lo cual, como reitera y concluye el informe del IPCC, sólo es posible “cuando los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado toman decisiones inclusivas que priorizan la reducción de riesgos, la equidad y la justicia, y cuando los procesos de toma de decisiones, las finanzas y las acciones se integran en todos los niveles de gobernanza, áreas y momentos”.
A raíz de las olas de calor cada vez más frecuentes e intensas, la infraestructura, más específicamente las autopistas, son más vulnerables al calentamiento global inducido por el hombre.
Varios estudios científicos revelan que para 2080, las olas de calor representarían alrededor del 92% del daño total por peligros solo en el sector del transporte de Europa, en gran parte debido a que las autopistas se construyeron para condiciones atmosféricas más frías.
“Las temperaturas máximas que los ingenieros civiles han estado usando en el diseño ahora se superan con mucha más frecuencia”, dijo Amit Bhasin, director del Centro de Investigación del Transporte de la Universidad de Texas. “Ahí es cuando el diseño comienza a colapsar”.
Una vez más vemos cómo la crisis climática está interrelacionada con los eventos que estamos frecuentando y que estas situaciones se irán incrementando con el paso del tiempo, siendo las clases más pobres las principales afectadas ya que no cuentan con los medios para solventar las consecuencias de esta crisis.
A continuación, en la página web de Cruz Roja podrán leer algunas de las recomendaciones para transitar y combatir estas altas temperaturas.