Contra “Un Mundo Feliz” incluso si nos visten la distopía de verde sostenible
La primera visita en este 2024 del Ecomensajero nos ha dejado tres temas de los que nos hacen pensar más allá de los asuntos abordados. Y es que a Pedro Burruezo siempre le ha gustado que ejercitemos las neuronas y que seamos capaces de unir los puntos. Dicen que en el futuro las máquinas lo pensarán todo por nosotros. Sin duda será más cómodo. Sin duda seremos menos humanos si llega ese momento.
Burruezo ha arrancado la sección con noticias positivas. En concreto, con la noticia positiva de que el 20% de los españoles ya compra ropa de segunda mano. Nos alegramos por ello, aunque con un matiz: sería mejor que las marcas fast fashion abandonaran la superproducción de prendas. De hecho, mucha de esa ropa de segunda mano corresponde a prendas que no se venden o que se venden pero no se usan. Si dejamos de producir cosas superfluas, y decimos superfluas porque muchas ni se consumen ni se usan, daremos sin duda un importante paso.
Después hemos hablado de uno de los temas más tristemente de actualidad: el vertido de pellets. Cada vez hay menos dudas sobre su impacto no sólo sobre los ecosistemas marinos. También para nuestra propia salud. Como señala en este artículo el experto Nicolás Olea en relación con estos microplásticos: “En resumen, cuando estos fragmentos de plástico alcanzan el organismo humano a través del sistema digestivo, los hasta ahora considerados inertes pedacitos de plástico se convierten en auténticos caballos de Troya, incorporando al interior de tu intestino compuestos químicos tóxicos –monómeros, aditivos y adheridos- y gérmenes muy variados-. Como los aqueos debieron de decirle a los troyanos, ‘cuidaros de los regalos envenenados”.
Por últimos, hemos reflexionado sobre la sequía que afecta a nuestro país desde ya hace tiempo, y muy especialmente a ciertas regiones, como Cataluña. Pero para Burruezo, esta sequía es sólo una de las muchas caras del mismo problema. Para el escritor y periodista, este modelo de sociedad está complemente equivocado en sus valores y planteamientos. Y esto debe ser atajado de manera radical si no queremos colapsar. Incluso aunque evitemos dicho colapso en términos ambientales, no estaremos a salvo si no abordamos las otras dimensiones del problema. Mañana podría ponerse en marcha, porqué no, una distopía perfectamente sostenible que fuera perfectamente inhumana. Y aquí, en Noticias Positivas y también en la Asociación Vida Sana, queremos Otros Mundos Posibles, pero no “Un mundo feliz” de Huxley. Aunque lo vistan de verde.
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