El balance climático 2023 de Greenpeace nos llama a actuar de forma urgente contra la crisis climática
¿Cuántos eventos extremos han sucedido a lo largo del año y cuáles han sido sus consecuencias? A estas preguntas ha tratado de dar respuesta Greenpeace con la publicación de un exhaustivo informe que confirma lo que ya sabíamos: “Una de las consecuencias más inmediatas del cambio climático es el aumento en la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos”, afirma la organización ecologista.
El informe recopila datos, noticias y estudios de fuentes de referencia como la AEMET, Nla ASA, Copernicus y SOCIB, entre otros. Y la conclusión es abrumadora: “El balance hasta la fecha ha sido: más de 100 eventos extremos registrados a nivel global según apunta la Organización Meteorológica Mundial. Se han batido, mes tras mes, récords de temperatura que confirman que 2023 ya es el año más caluroso desde que se tienen registros. Sólo los 10 eventos extremos con más víctimas suman más de 7.600 personas fallecidas. Por todo el planeta se han vivido estos eventos, en cada continente y de polo a polo, aunque las consecuencias son mucho más devastadoras en los países en desarrollo que tienen una mayor vulnerabilidad”.
Y si nos centramos en España, entre olas de calor, sequía, incendios y fuertes borrascas, se han registrado cerca de 30 eventos. Según Greenpeace, hablamos de una realidad innegable y muy difícil de digerir a la que hay que mirar de frente:
“A medida que semana tras semana iba aumentando la lista de eventos, récord tras récord, catástrofe tras catástrofe, sumando víctimas, la llamada “ecoansiedad” se dispara. Según la Organización Mundial de Meteorología, se prevé que en 2030 se produzcan 560 eventos extremos al año. Si con una quinta parte de esa cifra tenemos ya estas consecuencias devastadoras ¿qué pasará en el futuro cercano? La sensación de urgencia sube a nivel de alerta roja y dan ganas de gritar que hay que actuar ya, no más demoras. Que las señales son inequívocas y cada vez serán más graves. Y se dispara la frustración por ver que las acciones no están a la altura de la urgencia de la crisis climática.
Pero a pesar de todo lo negativo, no nos hemos dejado llevar por la desesperanza sino que, con los datos encima de la mesa, con las cifras mirándonos a la cara, nos ha dado más fuerza y determinación para seguir trabajando día tras día para frenar el cambio climático. Aún estamos a tiempo de frenar esta tendencia, aunque cada vez la cuenta atrás es más corta”.
Aquí se puede acceder al estudio completo
