Madrid vuelve a concentrarse contra la destrucción de parques y la tala de árboles
Este próximo sábado, 4 de marzo, tendrá lugar una nueva protesta en la capital madrileña (Puente de Toledo, 12 horas de la mañana) contra la tala y el traslado de árboles previstos por las obras de ampliación de la línea 11 de Metro. Actuaciones que afectarán a diversas zonas verdes de la ciudad, como Madrid Río o el Parque de Comillas.
Tras las movilizaciones de hace un par de semanas, la Comunidad de Madrid emitió un comunicado para anunciar la paralización de la tala y la modificación del proyecto. Sin embargo, no parece que vaya a cambiarse la ubicación prevista para la futura estación de Metro, a pesar de que los vecinos rechazan su localización en medio del parque de Madrid Rio. No solo por la amenaza para los árboles, también por la inseguridad ciudadana que podría provocar.
El comunicado de la Consejería madrileña de Transportes no ha servido para tranquilizar del todo a los vecinos. En el mismo se afirma que en las zonas donde haya afectación al arbolado se intentará trasplantar “el mayor número de ejemplares posibles”. Medida que no supone un compromiso real con la protección de los árboles, según las voces críticas, que explican que trasplantar árboles de más de 50 años es casi condenarlos, por otra vía, a su desaparición, como se explica en este artículo en El Salto.
Los vecinos de la zona se muestran seguros, según Eldiario.es, de que “la tala empezará después de las elecciones”, motivo por el que han mantenido la convocatoria de este 4 de marzo. En un comunicado firmado por 20 entidades ecologistas y asociaciones vecinales, así como por personas particulares que tienen a sus hijos escolarizados en colegios cercanos, reclaman la apertura de negociaciones entre todas las partes y que se garantice la preservación del mayor número de árboles, tanto en Madrid Río como en Comillas. Al mismo tiempo, insisten en sus dudas sobre el proyecto y la Declaración de Impacto Ambiental y, de hecho, califican las actuaciones previstas por la Comunidad de “desastre ambiental” que tratarán de impedir “con todos los medios posibles”.
