Juventud por el Clima se moviliza para exigir una mejor gestión del agua
El pasado viernes, 19 de abril, y en el contexto del día de Acción Global por el Clima, convocado por Fridays for Future en todo el planeta, Juventud por el Clima, la rama española de este movimiento, convocó movilizaciones en todo el Estado español para exigir que se tomen medidas frente a la sequía. “¡Sin agua, no hay vida!” afirmaron los manifestantes. Según expresaron desde el colectivo, “la juventud está preocupada porque el año pasado fue el segundo más cálido de la historia de nuestro territorio, sólo por detrás de 2022”. También avisaron de que “la situación no va a hacer más que empeorar”, como señalan diversos estudios científicos.
En estas manifestaciones se reclamó una mejor gestión del agua, así como planes de adaptación que permitan hacer frente “a la que se nos viene encima”. El agua no llega a todos los hogares, como indica el último informe de Greenpeace citado por la organización convocante, “casi 12 millones de personas sufren ya algún tipo de restricción en su uso”. “Se priorizan los campos de golf y se pide a la ciudadanía que se duche en 3 minutos”, recordaron los manifestantes, que insistieron en que los hogares no son los grandes consumidores de agua y que la responsabilidad recae en las grandes industrias y corporaciones.
En plena semana de la lucha campesina, las activistas reivindican que hacen falta cambios que tengan en cuenta a las personas que trabajan la tierra de cerca. Como declara Martina Di Paula, “Frente a la agroindustria, cambios que lleven a un modelo de agricultura compatible con la vida.”.
En la movilización se reivindicó la necesidad de “ciudades verdes y habitables para todas”, adaptadas al cambio climático y dotadas de infraestructura que permitan a sus habitantes sobrevivir a veranos cada vez más duros. Igualmente apuntaron a las consecuencias del turismo masificado. “De media, 628.000 litros de agua que gasta cada crucero que amarra en Palma”, según Juventud por el Clima.
Carmen Carreño, una de las activistas, declaró que “la lucha climática va de la mano de la lucha por la defensa de la biodiversidad. Luchamos contra la sequía, luchamos porque ecosistemas fundamentales como Doñana sigan existiendo”.
En definitiva, la juventud pide que para afrontar la emergencia climática, en lugar de dedicar recursos a los combustibles fósiles, se dediquen a afrontar la sequía y la situación de emergencia climática, resumida en el grito “Nuestra casa, se abrasa”, que también pudo escucharse en las movilizaciones del pasado viernes.
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